Lo que revela el informe de víctimas en Soacha, presentado a la JEP

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Foto: El Informador

60 mil colombianos que tuvieron que abandonar  sus tierras y huir de la guerra, ahora viven en el municipio y enfrentan el desarraigo, la indiferencia y la crisis social.

El largo conflicto armado en Colombia ha dejado innumerables personas afectadas por el desplazamiento forzado. Centenares de familia que luego de sufrir el asesinato de sus seres queridos, amigos o líderes; soportar violaciones a los derechos humanos, abusos sexuales, reclutamiento, robo de tierras, amenazas o extorsiones; se han visto obligados a abandonar sus regiones, rompiendo los lazos afectivos y sometiéndose a las dinámicas de las ciudades que en adelante habitarán. Ese es el caso de 60 mil hombres, mujeres y niños que viven en Soacha y que levantaron su voz para dar a conocer su verdad.

Para revelar las historias, la Mesa de participación efectiva de víctimas de Cundinamarca, conformada por 14 organizaciones civiles, elaboraron un informe donde se describen 52 casos de lo que es la vida antes, durante y después del desplazamiento y el actual estado que tienen en el municipio. El documento que lleva como nombre  ‘Las víctimas en Soacha construimos paz’, fue presentado y radicado ante la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz – JEP.

“Reúne las evidencias de la compleja situación de los desplazados provenientes de todo el país y por parte de todos los actores armados… Hay realidades que no son de conocimiento público como las causas de fondo que ocasionaron el abandono de tierras”, expresó Carlos Alberto Acevedo, integrante de la Mesa.

El informe hace una caracterización de los casos, tomando apartes del mismo dice que:

·         “Los hogares en su mayoría están conformados por mujeres cabeza de familia con un promedio de cinco hijos”.

·         “Los niveles de educación son bajos, dado que, a la llegada a Soacha, no fue fácil desde la ubicación, la escolaridad tanto para niños, niñas y adolescentes, como para sus padres y personas mayores”.

·         “Existe una alta representación de población negra, afrodescendiente e indígena, proveniente de la Costa Pacífica, así como del norte del Tolima de las comunidades de Natagaima y Coyaima”.

·         “Se sienten señalados, estigmatizados porque la gente asocia el desplazamiento con la delincuencia”.

·         “La violencia desintegró las familias”.

Otro factor que resalta el documento es que la mayoría son campesinos que dejaron atrás sus territorios, naturaleza, animales y cosechas, quienes al llegar al municipio les ha costado adaptarse a las costumbres citadinas, lo consideran como una pérdida de identidad cultural y regional.

“Uno se enfrenta a una selva de cemento hostil, las tradiciones culturales se ven seriamente afectas… una cosa es tener una ubicación como miembro de un territorio donde hay familia y amigos, y otra es lo que les pasa a los desplazados cuando llegan a estas ciudades, el desarraigo es brutal. Esto es una vergüenza nacional… cómo las víctimas estamos sometidos a vivir un desarraigo total”, señaló Acevedo. A lo expuesto se le suma la indiferencia y la revictimización. “Nos ven como bichos extraños… y somos rechazados”.

Conjuntamente las respuestas del Gobierno para la atención de la problemática no han sido suficientes, entre las organizaciones. se estima que el número de afectados es mayor que el registrado por el Estado. Así mismo el fenómeno no ha sido tomado cuenta a la hora de asignar presupuestos a Soacha, pues el municipio sigue recibiendo recursos para atender a 131 mil personas y no a más del millón de colombianos y migrantes que han se asentaron allí, es decir que los dineros no cubren las necesidades básicas de los pobladores. Es otra forma de abandono del Estado.

Este informe es una muestra de lo que esperan las víctimas en adelante que a saber es: Conocer la verdad de lo qué paso, que se haga justicia y que se logre la reparación integral, la cual ellos ven muy lejana.

Ver la entrevista completa en el siguiente video:

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