Las agresiones contra personas LGTB en el marco del conflicto armado

Durante los años del conflicto armado hubo un sinfín de agresiones contra la ciudadanía, entre ellos las que sufrieron las personas LGTB, es por eso que en el marco del esclarecimiento de la verdad, la búsqueda de la justicia, la reconciliación y la no repetición, varias organizaciones de la sociedad civil han adelantado indagaciones sobre este tipo de delito para visibilizar un flagelo que aún continúa presente en las regiones. Caribe Afirmativo es una de ellas y el pasado 23 de septiembre entregó a la Jurisdicción Especial para la Paz – JEP, el informe ‘Existir entre el prejuicio y la violencia’, focalizado en el departamento del Meta.

“Da cuenta de las graves afectaciones a los derechos humanos en seis hechos victimizantes relacionados particularmente con violencia sexual, desplazamiento forzado, amenazas, homicidios y feminicidios, donde hay una responsabilidad de aproximadamente un 50% de miembros de las Farc-EP y el otro porcentaje corresponde al Estado y grupos paramilitares”, manifestó a LAUD 90.4 FM ESTÉREO, Wilson Castañeda, director de la corporación.

Justificaciones de los agresores

En Colombia históricamente no se ha reconocido que las personas LGTB sean sujetas de derechos, esto sumado a la omisión que tiene el Estado para la protección de dicha población, ha conllevado a crear un caldo de cultivo para que los grupos armados abusen y vulneren a la comunidad.

El hecho de no ser heterosexual genera un prejuicio, que es “cuando pensamos que lo que hace alguien está mal y como lo creemos así todo lo que le pase no es grave y es consecuencia de su estado. Decimos que ella se lo busco por ser como es”, expresó Castañeda.

Es por esto que como los “actores armados ilegales tenían un proyecto político de control en el territorio y en ese proceso al ver un cuerpo masculino feminizado o saber que dos mujeres tenían una relación, lo consideraban como inmoral y se sentían con la autoridad para desaparecer, ilegitimar y prohibir”, señaló. Así mismo por medio de panfletos les advertían que no podían expresar su sexualidad en público y les impedían estar en espacios de participación.

Particularidades del informe

Castañeda relató que:

·         Las víctimas siguen amenazadas, lo que “hizo imposible llevarlos ante la JEP o hacer alguna conectividad desde el territorio, porque la mayoría continúan bajo esta situación”.

·         Los hechos narrados se presentaron de manera sistemática en varios territorios del país, se evidenció porque las víctimas al ser desplazadas por las agresiones y llegar a otros departamentos donde hacían presencia los mismos insurgentes, también allí se dio la misma persecución.

·         La violencia más visible es la sexual: “Se han documentado muchísimos casos y por un lado todavía la JEP no los ha seleccionado en un macro caso o ha creado una estrategia concreta para atenderlos y de otro lado los comparecientes todavía no reconocen el delito. Esto nos preocupa porque tuvo una gran afectación hacía las mujeres y hacia las personas LGTB”.

También indicó que los patrones de los actores armados fueron similares: “Desplazaban, amenazaban y ejercían control sobre los cuerpos”.

Clave para la búsqueda de la verdad.

El director contó que la corporación continúa recogiendo más testimonios sobre diferentes formas de agresiones que ha sufrido la comunidad y en ese proceso han podido aportar herramientas para el esclarecimiento.

“Por el tipo de control territorial que ejercen los actores del conflicto, logramos evidenciar en el Meta, los espacios que les pertenecían a las Farc y a los paramilitares. Eso nos permitió entregarle a la JEP insumos que pueden contribuir para la investigación”, expuso.

Finalmente el invitado se refirió sobre el informe ‘VIHdas truncadas’ presentado este martes a la Comisión de la Verdad, donde se detalla las afectaciones que sufrieron las personas con VIH en el marco del conflicto.

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