Durante la pandemia aumentaron los casos de tartamudez

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Foto: Hacer familia

Experta evidenció que el confinamiento y la virtualidad incrementaron los síntomas de disfluencia a causa de los cambios de rutina y la presión familiar.

Con la llegada del Covid-19 y las medidas tomadas para evitar la propagación, las personas fueron sometidas a largos confinamientos que alteraron el orden de todos los sectores, entre ellos la educación y el trabajo. Esto hizo que las familias pasaran todo el día en casa y su contacto con el mundo exterior se diera por medio de las pantallas de sus computadores o dispositivos móviles. El cambio contribuyó para que los niños, niñas y adolescentes que sufren de tartamudez empeoraran su condición.

Así lo evidenció la fonoaudióloga y experta en neurorrehabilitación, Mabel Martínez Roa, quien durante la crisis sanitaria vio triplicado el número de sus pacientes, la mayoría con las mismas características. LAUD 90.4 FM ESTÉREO, dialogó con ella sobre el tema.

¿Qué es?

En primer lugar afirmó que la disfluencia  es un síndrome, no una enfermedad: “Es un conjunto de signos y síntomas que conllevan a la persona presentar dificultades a la hora de expresarse, estos tienen que ver en el arranque del habla, la respiración, aspectos motores y emocionales que generan un impacto negativo para la comunicación”.

La tartamudez, como también es llamada, aparece en los primeros años de vida, entre los 2 y 4 años. Martínez explicó que en ese tiempo hay dos tipos de pacientes, unos son los niños o niñas que como parte de su crecimiento les cuesta un poco desarrollar el habla, pero están bajo los rangos de la normalidad y los otros son aquellos que, a pesar de superar esta edad, no mejoran las trabas en su lenguaje.

Pandemia

Durante las cuarentenas los menores perdieron sus espacios de interacción con los otros y se vieron sometidos al estrés que les ocasionó la virtualidad y la adaptación a nuevas formas de aprendizaje. Estos fueron factores que condujeron a que la disfluencia aumentara: “En la pandemia muchos chicos presentaron fallas a la hora de la conexión en sus clases, lo que les generó ansiedad y cuando esto pasa se disparan los síntomas”, dijo la especialista, quien afirmó que ahora las dificultades se dan por el efecto contrario, pues ya se había creado la rutina de estar en casa y cuesta el regreso a la presencialidad.

Adicional a ello está la exigencia a la que se vieron sometidos en casa: “Uno de los rasgos característicos que hemos notado en los pequeños es que los padres son muy autoritarios… El consejo es evaluar si se está ejerciendo alguna presión fuerte en los menores por no realizar alguna acción y buscar la forma de cambiar el lenguaje emocional de manera positiva”, indicó.

La invitada confirmó que lamentablemente en Bogotá son pocos los profesionales que atienden este síndrome por lo que hizo recomendaciones a los padres de familia para lograr detectar a tiempo la tartamudez, pues aunque no tiene cura, hay terapias que contribuyen a la calidad de vida de quien la padece.

“Hay actividades que pueden favorecer la comunicación, depende de la constancia y la disciplina, es necesario crear una rutina diaria, con ello mejoran considerablemente”, precisó.

Finalmente explicó los enfoques que poseen las terapias:

·         Lingüística: Tienen que ver con la forma y el uso del lenguaje para aprovechar al máximo las palabras del léxico.

·         Trabajo motor: Hacer una actividad física preferiblemente en grupo para interactuar con otros.

·         Psicología: Control de ansiedad, manejo de las emociones y recuperación de la confianza

·         Terapias: Ejercicios de respiración, fonación, fluidez, resonancia y fuerza, velocidad y alcance de la musculatura del habla

Ver la entrevista completa en el siguiente video:

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