‘La Casa del Silencio’ cumple 25 años

El camino no ha sido fácil para esta institución que eliminó la palabra de los escenarios, y le dio la bienvenida a una estética diferente del teatro, a través del cuerpo. La forma de hacer artes escénicas fue aprendida y adoptada por Juan Carlos Agudelo en la ‘Escuela Internacional de Mimodrama de París Marcel Marceau’, con la cual también trabajó por una década. Estaba maravillado con el silencio, con esa poética que puede crearse a partir de lo visual y lo onírico. Ese fue el inicio, que lo acercó al legado de grandes figuras como Jean-Gaspard-Baptiste, padre del mimo clásico, y Étienne Decroux, exponente del mimo contemporáneo.

Cuando Agudelo volvió a Colombia, en 1997, decidió fundar ‘La Casa del Silencio’, un laboratorio de investigación, creación y formación en torno al teatro físico. Su objetivo era preparar a los actores de una manera más integral, que incluyera una gramática corporal orientada a la construcción del teatro físico como base formativa. Este semillero se la ha jugado para romper el esquema de solista y presentar los  montajes con diversos actores que transmiten al público sensaciones indescriptibles.

A raíz de la crisis, provocada por la pandemia, la sala de ‘La Casa del Silencio’, tuvo que cerrar, sin embargo, gracias a una alianza con el Teatro Libre, se llevará a cabo la celebración de este 25 aniversario con tres obras que representan el trabajo constante de la compañía.

“A partir de la cercanía que tenemos con Juan Carlos, es que nace la alianza y ahora el Teatro Libre se ha vuelto sede de la Casa del Silencio y acoge a este grupo como residente. También es nuestra responsabilidad con esos artistas emergentes, que están buscando espacios y por eso estamos trabajando de la mano”, menciona Fabián Velandia, director del Teatro Libre, en Amantes del Círculo Polar, sobre la mancomunidad entre las compañías.  

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La celebración de este primer cuarto de siglo del grupo inicia con el estreno de ‘Adentro… Gastom y Mandí’, en la que Agudelo vuelve a colaborar con la dramaturga Ángela Valderrama. La nueva obra se centran en la relación de dos personajes que decidieron compartir su vida, enlazando, durante años, sus pasiones y sus diferencias. En funciones del 17 de febrero al 6 de marzo. Viernes y sábados 8:00 p.m. y domingos 4:00 p.m.

El viaje continúa con una emblemática obra, ‘Manú o la ilusión del tiempo’, una desoladora fábula sobre un soldado que regresa a casa después de la guerra en busca de un antiguo amor y la cual está basada en un hombre de 50 años con alma de niño que Juan Carlos conoció en Portugal. Se harán dos funciones, 10 y 11 de marzo a las 7:30 p.m.

El cierre se realizará con ‘Kokoro’, que en japonés significa corazón, mente, inteligencia, alma, centro, núcleo. Es un homenaje al cine mudo, al teatro silente, a la infancia y al amor. Narra la historia de tres personajes inmersos en un territorio hecho de cartón y papel. El espectáculo, entre realidad y ficción, se sitúa en una narrativa atemporal que a manera de rompecabezas va descifrando la complejidad de las relaciones humanas; los personajes como habitantes de un efímero pasado, develarán trazos de su historia. En funciones el 12 y 13 de marzo, sábado 8:00 p.m. y domingo 3:00 p.m.