‘Encanto’, una película con la magia colombiana

La cinta fue estrenada el 24 de noviembre en Estados Unidos y el fin de semana estuvo en primer lugar en la taquilla con una recaudación cercana a los 27 millones de dólares, según informó el domingo el observador de la industria Exhibitor Relations, una cifra que se aleja a los 130 millones que dejó ‘Frozen’ en las festividades de Acción de Gracias. Sin embargo, las cifras pueden quedar al lado si se tiene en cuenta que es la primera película de Disney, realizada completamente con elementos colombianos.

Compré las boletas el sábado y estuve de suerte, porque ya se estaban agotando para el domingo. Llegué a la 1:10, justo para comprar el mecato, la mega sala llena y muchos niños y padres se veían emocionados. Al inicio de la película hubo unos intentos de aplausos, luego empezó.

Mi primera sensación fue un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos. Los pequeños detalles en esta producción hacen la diferencia. Hay una mezcla de paisajes representativos del país que nos transportan a esos lugares emblemáticos. Los atuendos también muestran la diversidad étnica y los alimentos nos representan.

La historia de violencia está ahí y es quizá el momento más conmovedor, pues no podemos desconocer que nuestras familias, sobre todo las primeras generaciones, han tenido que sufrir este flagelo del desplazamiento forzado en carne propia, en mi caso mis abuelos tuvieron que vivirlo.

Encanto tuvo un equipo de investigación cultural, quienes durante cinco años recorrieron el país captando la esencia de la cultura, probando los sabores de las comidas y apropiándose de las tradiciones. Y lo lograron. Allí se siente Colombia en cada línea. Los colores son vivos y alegres y las personalidades de los personajes identifican la diversidad que puede existir en una familia.

Con Mirabel, se rompe el estereotipo de la princesa blanca, con vestidos de gala, cabello liso perfecto y cara de muñeca. Ella tiene rasgos latinoamericanos, su atuendo es característico de Vélez, Santander y usa alpargatas, que, aunque no es un calzado usual entre los colombianos, representa, sin duda, el campo y las raíces.

Al final cada quien saca su propia conclusión de la película, pero para mí es un homenaje a la diversidad cultural, a la abundancia natural, a la belleza y a la alegría con un mensaje para un país en conflicto, donde la unión, el perdón y la esperanza pueden hacer que se construya un mejor futuro.