‘Arte y música con propósito’
Este programa de la organización ‘Bethany Christian Services’, pretende atender a la población migrante y vulnerable con actividades para nutrir el alma.
Aproximadamente hay 400 mil niños refugiados en el país, según datos de Migración Colombia y las cifras van aumentando. Es por esto que la ONG, ha desarrollado programas para las comunidades donde se realiza un trabajo psicosocial.
Al inicio, los programas estaban enfocados a los adultos, nos cuenta Astrid Camacho, coordinadora regional de ‘Bethany Christian Services’, quien habló sobre esta estrategia en ‘Amantes del Círculo Polar. “Con la masiva asistencia a los talleres, se empezó a generar la necesidad de brindar una actividad que involucrara a los niños, quienes acudían con sus padres”. En Norte de Santander exploraron el deporte como opción de entretenimiento y en Bogotá, más específicamente en las localidades de Engativá y Ciudad Bolívar decidieron implementar una herramienta poderosa para incentivar la creatividad y la sana convivencia, el arte.
Fue así que empezaron a generar estos espacios guiados por profesionales como Josef Quevedo, educador comunitario y músico, quien además de acercar a los niños a las melodías, les enseña a hacer instrumentos con material reciclable. “Es importante generar una sensibilización no solo con los niños sino con la comunidad en general, por eso trabajamos con población mixta, debemos dejar en el imaginario de todos que somos una comunidad y en el caso de los niños debemos saber que son compañeros, por eso trabajamos con base en el respeto mutuo y la tolerancia para la construcción de un buen tejido social”, afirmó Josef en el comunicado.
‘Arte y música con propósito’, proporciona formación artística, potencia el talento y dirige, tanto la creatividad como el pensamiento crítico a los niños, niñas y adolescentes, generando un gran impacto en las comunidades locales de familias migrantes. Además, logra que los menores mejoren sus condiciones anímicas y psicológicas.
Son cerca de 72 niños en grupos de 3 a 6 años y de 7 a 13 años, los que pueden disfrutar de estos espacios en los que se realizan actividades como muralismo, pintura, talleres de esténcil, clases de música, entre otros. Estas actividades, para los más pequeños, siempre son realizadas de la mano de los padres de familia, los cuales también reciben apoyo psicosocial, kits higiénicos y cupones de mercado.
La estrategia hace parte de esa convicción que acompaña a quienes están inmersos en el proyecto, con el fin de superar las diferencias y tumbar las barreras para darle la bienvenida a la colaboración, el diálogo y el trabajo social.
Conozca más detalles de la organización en el siguiente link.