Una pequeña gran obra ‘Petite Maman’

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Foto: Fotograma de Petite Maman

Una cinta de realismo mágico es la nueva producción de Céline Sciamma directora de ‘Retrato de una mujer en llamas’ y ‘Tomboy’.

El cine francés nos ha maravillado siempre y no es la excepción cuando los niños son los protagonistas, unicamente basta recordar ‘La guerra de los botones’ (1962) o la mirada de Antoine Doinel en ‘Los 400 golpes’ (1959) y para no solo referenciar el blanco y negro, ‘Los coristas’ (2004) rápidamente se convirtió en un clásico.

En esta oportunidad Céline Sciamma nos trae una mirada femenina, recordemos que en ‘Tomboy’ había abordado la diversidad sexual, el protagonista es un niño transgénero. Aquí en ‘Petite Maman’ se adentra en el mundo infantil con una imaginación desbordante de una manera muy sencilla.

El largometraje ha tenido buena respuesta por el público en los festivales de San Sebastián y Berlín. Sciamma desarrolló la historia a partir de un sueño y la cataloga en el género de realismo mágico.

Nelly (Joséphine Sanz) de ocho años y su madre dejan el hospital donde ha muerto su abuela,  las dos van a la casa de la difunta para desocuparla. La relación de los padres de Nelly no es la mejor no pasan por un buen momento y su madre no tiene mucho ánimo para darle tiempo tras su dolorosa perdida.

Allí entra lo maravilloso, lo mágico, la relación de la niña con la casa y el territorio donde creció su madre y la imaginación se mezcla con la realidad llevando al espectador irremediablemente a la niñez.

El universo femenino generación tras generación es protagonista, recordando su anterior obra ‘Retrato de una mujer en llamas’ pero aquí con un amor distinto, se impone la relación de madre e hija mezclado con una extraña sensación de hermanas que parece una locura cuando hablamos de una hija única, pero si ven la cinta lo entenderán.

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