Río Bogotá: nace limpio y se contamina en el camino

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Foto: Secretaría del Hábitat

Este 12 de mayo se conmemora el Día del Río Bogotá, una oportunidad para reconocer su importancia, velar por su cuidado y apostarle a su recuperación.

Esta cuenca hídrica, nace en el páramo de Guacheneque, municipio de Villapinzón, Cundinamarca, y es contaminado a unos 500 metros de este punto, principalmente por actividades agrícolas, vertimientos de aguas residuales y el uso inadecuado de sus aguas. Son 47 municipios los que hacen parte de la cuenca y que aportan material contaminante. 

En el Distrito, los ríos Salitre, Fucha y Tunjuelo son afluentes del Bogotá, es decir, desembocan en el Río.

A pesar del panorama, la influencia del río sigue siendo actualmente importante. Aunque no es navegable ni caudaloso, a su alrededor se desarrolla una actividad económica que aporta más del 30% del PIB nacional.

El profesor Gustavo Giraldo, docente de la Licenciatura en Biología de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y director del Semillero SILEAT-UD, quien ha generado alianzas con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) para acercar a sus alumnos al río Bogotá, habló en ‘CiberPlaneta’ sobre la importancia de este afluente, del semillero y de la gestión realizada durante este tiempo.

Teniendo en cuenta su importancia y queriendo alinearse con metas que propendan el cuidado del medio ambiente, el Consejo de Estado, uno de los más altos tribunales del país, emitió un fallo en marzo de 2014, donde, luego de recordar la importancia de este cuerpo de agua y cómo su protección se conecta con el derecho a la ciudadanía, ordenó la descontaminación del mismo a través de las políticas públicas que fuesen necesarias para hacerlo.

Por esta razón, a lo largo de los años se han venido reuniendo esfuerzos en torno a la recuperación del río, ya sea a través de actividades pedagógicas, como de proyectos a gran escala como la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Canoas que se uniría a la de Salitre para atenuar el impacto de la contaminación, que hoy se cataloga en nivel 8 de 10.

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