Nuevo videojuego que apoya la conservación de la lengua Kichwa

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Foto: Mintic

Los Kichwa, comunidad indígena de Sesquilé, Cundinamarca, encontraron en las TIC una forma de enseñar de manera didáctica y práctica la lengua de su pueblo y evitar la desaparición de su comunidad.

Los ancianos Kichwa al notar el desinterés de los más chicos por las tradiciones y costumbres de su pueblo, decidieron compartir sus necesidades y problemáticas con profesionales de la Universidad Nacional, es por eso que junto a ellos y a partir de un trabajo de co-creación colaborativa, se propusieron soluciones TIC para que los jóvenes se sintieran atraídos por sus raíces.

Es así como nace Runashimi, un videojuego que a través de 10 niveles hace el recorrido de los ancestros Kichwa hasta llegar a Sésquile. En el camino, los niños y jóvenes practican la lectura, pronunciación y escritura de la lengua.

La lengua Kichwa está ligada a una forma de pensamiento y sabiduría que genera relación, fortaleza y solidaridad dentro del pueblo. Runashimi es un ejemplo de cómo se pueden proponer soluciones TIC a problemáticas reales, en este caso, el videojuego aporta a la preservación de la lengua y las tradiciones de una comunidad indígena.

Este juego se realizó en las instalaciones del ViveLab de Bogotá, uno de los laboratorios de innovación y producción de contenidos digitales que el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) instaló en diferentes regiones del país para llevar el país hacia la Economía Digital, esto a través de herramientas tecnológicas y capacitaciones técnicas enfocadas a aplicaciones y contenidos digitales.

Es por eso que  John Alexander García, coordinador del proyecto; Catalina García, antropóloga; Yamile Pérez; asesora lingüística, y Álvaro Triana, coordinador de desarrollo, utilizaron todos los equipos y programas del laboratorio para crear el juego, que alineó el uso de las tecnologías con la preservación del patrimonio cultural de los Kichwa.

Uno de los grandes retos que tuvieron que afrontar los creadores de Runashimi fue la articulación efectiva de las necesidades de la comunidad indígena con las TIC. "Hacer un proyecto como estos implica tener un diálogo constante y permanente con las comunidades, en el que se involucran las tradiciones y cultura Kichwa y el desarrollador debe digitalizar estas creencias", aseguro el coordinador del proyecto John Alexander García.

Este proyecto digital, desarrollado en el ViveLab instalado por el MinTIC en Bogotá, logró estimular a niños y jóvenes de la comunidad Kichwa en Cundinamarca para aprender su lengua y costumbres.

Con información del MinTic

 

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