Mónica Tejada escribe sobre marroquinería

El término raro lo usamos con frecuencia cuando una persona se sale de lo convencional, aunque, eso no tiene nada de malo, la expresión por lo menos es odiosa.

Que a una niña le gusten las muñecas es muy bien aceptado, pero en estos tiempos también lo es que juegue fútbol con carros y demás. En Armenia hace décadas esa mente abierta igualmente la tuvieron de manera afortunada los padres de Mónica Tejada, una niña que se emocionaba más con una ferretería que con una heladería.

Las herramientas, el trabajo en un taller, las vacaciones con su abuelo que trabaja con cuero fueron sus grandes pasiones, paradójicamente el machismo no lo sufrió ni en familia, ni con sus colegas, sino con algunos alumnos que no podían creer que una mujer, además joven podría enseñarle a un hombre con más edad.

La marca de Mónica Tejada es una de las más reconocidas en el país, gracias a que su labor es artesanal, eso quiere decir que sus piezas son hechas a mano, son objetos únicos. Un oficio que parece que está en peligro de extinción.

En ‘Amantes del Círculo Polar’ hablamos con Mónica Tejada, una mujer que a pesar de sufrir de un cáncer en etapa avanzada vive a plenitud entre tantas cosas por su pasión que ahora la quiere transformar en un libro.

Su historia como la de muchos artistas y artesanos del país, merece la pena ser contada.

Desde muy joven aprendió, de la mano de su abuelo y de su papá, las técnicas del batik y el tye dye, y por eso decidió formarse en el oficio del cuero, con el cual se inspiró y aplicó el legado familiar que tanto tiempo y dedicación les demandó a los Tejada.

Mónica ha hecho del batik su marca personal lo cual la ha convertido en una artesana y en una maestra de la marroquinería manual en Colombia.

Desde hace más de veinte años, Mónica enseña técnicas del cuero en su taller, lo que le ha dejado muchas satisfacciones, tantas que por esa razón decidió escribir un texto que describa no solo sus inicios, sino además la metodología con la cual ha enseñado marroquinería a todas las personas que han llegado a su taller para aprender esta técnica.

La idea de Mónica con el libro ha sido, desde el principio, la de dejar un legado para los artesanos y los aprendices del oficio del cuero en Colombia, pues hasta ahora no existe un material pedagógico que explique cuál es el proceso que se debe seguir en el desarrollo y manufactura de accesorios como: billeteras, cinturones, carteras o bolsos; en este sentido, sería un material fundamental para quienes se dedican a este trabajo.

El libro se encuentra muy adelantado, y de hecho ya se entregó a Tragaluz Editores para su edición, pero todavía se necesitan más recursos para hacerlo realidad.

Por esta razón, Mónica decidió hacer una campaña para poder financiar el resto de su proyecto editorial, que cuenta con las ilustraciones de su papá y de su hermano, artistas plásticos, y con las fotografías de Stephen Ferry, reportero gráfico.

La encuadernación va a hacerse a mano, y la tapa es en cuero natural o tala, lo cual hará del libro no solo un texto de consulta, sino también un objeto de arte en sí mismo.

En estas páginas transcurre la historia de Mónica Tejada, la mujer, la artesana y la maestra, razón por lo que resulta importante y valioso el apoyo y aporte de todos los interesados para que pueda hacerse realidad uno más de los sueños colectivos de su abuelo, su papá y toda su familia.