Las películas de Luis Ospina en plataformas

Bajo el nombre de ‘Creer en lo que no se ha revelado: colección retrospectiva de Luis Ospina’, se presenta la recopilación digital más importante que se ha hecho del trabajo cinematográfico del director caleño.

El proyecto curatorial de Mateo Suárez Castiblanco y Luis Esguerra Cifuentes de la productora Bruma Cine, recopila 22 títulos del director caleño enmarcados en tres formatos: registro documental, ensayístico y ficción.

Esta es la muestra más grande dedicada al director Luis Ospina (1949 - 2019) en una plataforma digital.

En Mowies podremos disfrutar de filmes como: ‘Agarrando pueblo’ (1978), ‘Todo comenzó por el fin’ (2015), ‘Un tigre de papel’ (2007), ‘La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo’ (2003), ‘Nuestra película’ (1993), entre otros títulos que estarán articulados en cuatro categorías las cuales son las siguientes:

Hacer cine para no morir

Desde los años 80 y hasta los 2000, Ospina parece concentrar su atención en la figura del artista marginal. Lo hace a través de personajes proscritos, rebeldes e identidades disidentes, que protagonizan un ciclo de películas interesadas en armar una suerte de historia alternativa de la cultura nacional.

Ciudad solar

Las series documentales del realizador configuran testimonios. Son crónica y reflejo de la sociedad y de la época en que nacen. Este formato, al tiempo que le permitió a Ospina fijar en su tarea fílmica un perspicaz registro de la ciudad en la que se crio, le proporcionó también las herramientas para prolongar sus primeras películas. Una labor relativa al estudio histórico del cine y, en general, de la cultura.

Lugar a dudas

Dentro de esta categoría encontramos un conjunto de piezas que, si bien establecen continuaciones temáticas y formales con las películas más icónicas del director, ofrecen estructuras, imágenes y narrativas que trazan el nivel más radical y experimental de su carrera como cineasta.

Contra - historias

Estas películas, funden la dimensión social y el experimentalismo, desvelan que para Luis Ospina el hecho artístico era indisociable de una postura política. Sus riesgos formales, siempre encaminados a expandir los límites del lenguaje cinematográfico, son un reflejo de ese compromiso en un visible sentido de ciudad.