El Vagón de los Búhos

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Foto: LAUD

Es el único jardín nocturno en el país, este plan piloto atiende a niños menores de cinco años mientras sus madres trabajan en la noche.

Al sur de Bogotá, en la localidad de Bosa donde las direcciones se cruzan con el municipio de Soacha, nació un hermoso proyecto que ofrece bienestar a los bebés quienes en la noche no tienen alternativa mientras sus mamás trabajan.

Se trata del primer Acunar Noche ‘El Vagón de los Búhos’ que desde febrero de este año abre sus puertas a las 4 de la tarde y cuida a los niños hasta las 8 de la mañana del día siguiente, allí los recogen después del desayuno y un saludable baño.

Cuando ingresan los menores, tienen dos momentos pedagógicos de juegos, lectura y socialización; uno de cinco a seis de la tarde y el otro de siete a ocho de la noche. Después inician un proceso de inducción al sueño con actividades de relajación en las habitaciones que están adecuadas para descansar.

El Vagón funciona en una amplia casa de tres pisos, el olor delata que todo lo que la habita está nuevo. El espacio está muy bien equipado para proteger y hacer sentir a los niños como en casa. Cunas, comedores, sala materna, baños infantiles, cuarto de basuras, lavandería, cocina, ludoteca, gimnasio y primeros auxilios hacen parte del lugar.

En el primer piso están las salas maternas para bebés de cero a tres años y en el tercer piso se encuentran las habitaciones para los niños a partir de tres hasta los cinco años. Actualmente siete niños dan vida al lugar y 11 están en proceso de ingreso, en total el jardín está en capacidad de atender a 45 pequeños. Ver fotos.

La idea es ofrecer una opción a aquellas madres cabeza de familia que no sólo deben cuidar a sus hijos sino también trabajar y además hacerlo de noche. Bailarinas, meseras y guardas de seguridad, hasta el momento, son las trabajadoras beneficiadas  con esta opción.

“Yo soy papá y mamá para los niños” es una expresión común entre las mujeres quienes agradecen al Distrito por haber escogido a este sector marginado de la capital para implementar el plan piloto. Por ejemplo Ana Rojas, tiene dos hijos y viven en el barrio José Antonio Galán a 15 minutos del jardín, “no tengo queja alguna. Mi niña de 18 meses ya se sabe la A y la E, también cuenta hasta tres, las comidas son muy saludables y las profesoras están pendientes todo el tiempo”. 

Quienes asumieron el reto de trabajar allí son maestras profesionales y técnicas, trabajadores sociales, psicólogos, licenciados en artes plásticas y en medios audiovisuales y una auxiliar administrativa. 

Érika Castillo es maestra profesional y apoya el área de pedagogía, para ella esta es “una responsabilidad muy grande y se necesita de vocación y mucho amor. No sólo es cuidarlos sino también potenciar un proceso de aprendizaje”.

En la parte personal la experiencia para Érika es muy importante por tratarse de una propuesta única en el país aunque también es madre de tres adolescentes quienes aún están aprendiendo a despertarse y preparar el desayuno sin la compañía de mamá y prácticamente es poco el tiempo que comparten, “el hecho de no dormir en casa en la noche ha tenido un impacto fuerte en mis hijos”.

Jennifer Flórez es otra beneficiaria, tiene en su casa un salón de belleza y por recomendación médica su hijo Jerónimo de 10 meses no debe estar rodeado de pelos, del vapor del secador y químicos, resultado del quehacer de su mamá. “Desde que me contaron del proyecto me pareció una idea muy innovadora y no dudé en conocer detalles. Yo no trabajo toda la noche pero sí hasta las 10 de la noche y en temporada hasta las dos o tres de la mañana por eso este espacio es fundamental para nosotros, si existiera esta opción pagando yo no podría darle ese bienestar a mi hijo, aquí todo es gratis”.

Elizabeth Castiblanco es la abuela de  Jerónimo y resalta que su nieto entró al jardín bajo de peso y tímido “ahora el niño ha tenido mucho progreso, está más hábil, juega, gatea y tiene el peso ideal”.

Al principio,como es natural en cualquier mamá, las dudas están ahí: quién los va a cuidar, qué tipo de alimentación les van a ofrecer, estarán seguros, les dará frío, en fin, pero las canciones infantiles, los colores, los amplios dibujos, las mágicas historias en cuentos de diversos tamaños y texturas, dan tranquilidad a las jóvenes que allí deben dejar a sus pequeños mientras laboran.

Esta modalidad conocida como Ámbito no convencional surgió como respuesta a las necesidades identificadas en la localidad de Bosa. El Distrito espera abrir este año 15 jardines nocturnos y garantizar los derechos de manera integral a los menores.

Sin duda alguna este espacio que hace parte del programa 'Ser feliz, creciendo feliz' de la Secretaría Distrital de Integración Social resuelve la mayor preocupación para las madres que deben trabajar: el cuidado de los niños.

Ese imaginario de que la noche es para dormir y el día para trabajar es cada vez más desdibujado. Iniciativas como ésta en Bosa demuestran los vacíos que aún persisten en una gran ciudad donde cientos de personas inician su jornada al terminar el día.

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