Bogotá subterránea: Centro de Memoria II

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Foto: JESÚS ABAD COLORADO- El Tiempo

¿Cómo tanto dolor puede dar pie para edificar una obra arquitectónica la cual es sinónimo de vida y esperanza?.

Esta nueva entrega es la continuidad de la visita al Centro de Memoria Distrital en el corazón de la ciudad. Aquí puede leer la primera parte, con este escrito cerramos el especial de sitios subterráneos en la capital.

Qué es este lugar y cuál es su composición

El Centro de Memoria es un espacio del distrito dedicado a la construcción de memoria histórica, la reivindicación de las victimas y a la defensa de los derechos humanos.

Cuenta con un auditorio el cual tiene capacidad para 300 asistentes, debido a la arquitectura del Centro, el lugar debe mantenerse frío, así que la calefacción siempre esta encendida. Los acabados son en madera al igual que las escaleras de entrada.

Además cuenta con una biblioteca, tres salones, un memorial construido con tierra aportada por víctimas de todo el país y una galería de 500 metros cuadrados.

El Centro de Memoria sin duda modificó la dinámica del sector, pues este era un espacio abandonado y ahora hay funcionarios, visitantes, control policial, presencia estatal en el barrio y lo más importante la reconstrucción de la memoria. 

Costurero de la memoria

Virgelina Chará nació en Suárez Cauca, ella es victima de la construcción de la represa de la salvajina, lo señala como el segundo genocidio cometido contra el grupo étnico de comunidad negra “6 mil 600 familias desplazadas, 350 muertos 50 desaparecidos y toda la descomposición social” dice Virgelina quien además complementa “todo en nombre del desarrollo”.

Ese fue su primer desplazamiento en el año 1985. Ella me comenta que por denunciar la expropiación y los derechos humanos fue convertida en objetivo militar, de allí arribó a Cali. En esa época su viaje lo hizo con cinco hijos ahora tiene siete. Chará es madre soltera quien por diferentes situaciones se vino a Bogotá, una ciudad costosa, fría, donde una buena parte de sus habitantes la discriminan. Ella no juzga este comportamiento, entiende que este es un reflejo de las malas políticas de los gobernantes quienes no se interesan por la educación.

“Vivo aquí no porque queremos sino porque nos toca” dice Virgelina quien se siente discriminada por ser negra, pobre, desplazada, por ser una mujer mayor y por trabajar de manera informal.

Chará hace parte del Costurero de la memoria allí se reúnen con otras mujeres victima de la violencia para reflexionar sobre diversos temas, además de coser obras que representan su experiencia con el desplazamiento ver aquí obra. Ella es autora de cinco obras, este sitio es una disculpa para reunirse con otras victimas y encontrar paz interior. Las mujeres están trabajando en una exposición la cual ya esta abierta al público, aquí pueden ver otras obras: Obra uno, obra dos, mapa de Colombia y Sueños.

Pacho es el encargado de coordinar el trabajo con las mujeres victimas, el cual no solo cuenta con el costurero, eso para él es una excusa. “EL espacio lleva más de 6 meses hablan de sus experiencias, son amigos, usan la literatura como parte del ejercicio, invitamos a autores quienes hablan de su obra mientras ellas continúan con su trabajo” Nos cuenta Pacho para describir su trabajo.

Una de las ideas de ese espacio es ser un lugar sanador además de visibilizar el conflicto.

El segundo ejercicio será el de crear agendas, nos comenta Pacho y resalta que estas se harán con objetos reciclables, al finalizar las mujeres escribirán sus memorias, los libros de la memoria.

El tercer proceso se llama ‘Sabores y saberes’ para ese se compran alimentos, el menaje, hablan con las victimas se elaboran los alimentos en la mañana contando de donde vienen las recetas, quién les enseñó, cómo se prepara y demás aspectos que desarrollen la memoria. Al final se hace el almuerzo y se comparte la experiencia.  La memoria será registrada en un vídeo.

Los que quieran ir a conocer el Centro de Memoria en la exposición también podrán apreciar el doloroso y no por eso menos brillante trabajo de Jesús Abad Colorado quien a través de sus imágenes ha contado la historia nacional del desplazamiento foto 1, foto 2 y foto 3.

Sobre la cafetería y la confusión que anteriormente escribí en mi primera visita les comparto que fue una confusión tonta, ya que la galeria se divide en tres partes, la exposición de las mujeres, las fotografías de Colorado y finalmente el Centro de Memoria decidió darle continuidad a un café que recrea la década del cincuenta, los cuales eran tan famosos en la ciudad. Es tan hermosa que la primera vez que fui, entre corriendo en la noche y creí que era una cafetería de verdad, antes de que me juzguen espero que la visiten y por supuesto seré objeto de burla.

La idea de invitarlos a reconocer los espejos de la ciudad están lejanos a ser obligaciones, sin embargo, mi visita a este lugar me hace reflexionar que estamos condenados a conocer las historias de las victimas del país,  eso es mejor que ir dar tierra y contar la vivencia personal, ir al Centro de Memoria sacude el alma.  

Especial Bogotá subterranea

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Bogotá subterránea: Centro de Memoria I

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