‘Otra ronda’: un brindis por el buen cine

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Foto: Henrik-Ohsten

La nueva cinta de Thomas Vinterberg es una absoluta maravilla, imperdible. ¡Un salud! por la ganadora al Óscar a Mejor Película Internacional.

El pasado jueves (1 de julio) por fin se estrenó en las salas del país, la reciente cinta de Thomas Vinterberg, quizás junto a Lars von Trier los directores daneses más relevantes en el mundo, no en balde estamos ante los dos creadores del Dogma 95, un manifiesto en el que era claro cómo se debería hacer el cine de una manera más artesanal, en el uso de la cámara al hombro, luz natural y la música no podría sumarse en la edición, pero eso es historia y fue el reflejo de la genialidad de estos directores.

Vinterberg vuelve a tener una gran trascendencia como la que logró con ‘La celebración’ (1998) una historia truculenta que exponía los abusos sexuales de una familia adinerada. En esta oportunidad el danés logra de nuevo una obra de arte con ‘Druk’ (2020) que fue traducida en el inglés como ‘Another Round’ al igual que en español.

‘Otra Ronda’ se pude clasificar como una tragicomedia, cuatro amigos que sufren la crisis de los 40 con una existencia insatisfecha, en medio de una cena de celebración uno de ellos cita al filósofo y psiquiatra noruego, Finn Skårderud que afirma que el cuerpo humano carece de un cero punto cinco % de alcohol. Entonces, el tomar un poco de licor puede nivelar esa carencia.

El estudio sociológico comienza con la rigurosidad de la ciencia, escribiendo las experiencias, el consumo se debe hacer en la jornada laboral y solo hasta las 8:00 p.m. nada los fines de semana.

Martin, Tommy, Peter y Nikolaj son profesores de colegio, el consumo de licor de inmediato hace que sus vidas cambien, que las clases sean dinámicas y que su creatividad este a flor de piel, así que muy despacio deben experimentar con un poco más de grados para poder completar la investigación.

En ‘Otra ronda’ encontramos a la amistad como gran protagonista, también la importancia de vivir y disfrutar del momento, se siente la nostalgia de la juventud que se va de manera rápida al igual que las pasiones como bailar, jugar fútbol o dejarse llevar por la fiesta.

Es imposible no reflexionar con la premisa de la película ¿Nos haría bien un par de tragos antes de comenzar nuestro trabajo? O no sería mucho más agradable si pudiéramos hacer una pausa para un par de cervezas y continuar con nuestras labores.

O cuantas veces estábamos tan nerviosos que un aguardiente nos podría haber llenado de confianza. Ese – “lo quiero” a un compañero de trabajo o esa valentía para bailar en medio de una fiesta sin importar que no seamos tan buenos al mover el cuerpo.

No es relevante si la cinta nos invita a beber, eso la hace ya la sociedad, lo que sí hacen y con maestría es contar una historia en la que no dejan por fuera los excesos, consecuencias, virtudes de tomarse un trago y más cuando la vida de los adultos que nos va llenando de amargura tanto en Dinamarca como en Cundinamarca, sin duda estamos ante una historia global en la que es muy fácil sentirse identificado.

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