¡Yo me llamo Universidad Oficial!

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Foto: unperiodico.unal.edu.co

Yo me llamo, es uno de los reality de la farándula en Caracol Televisión que tiene entretenido a los colombianas, pero éste no es el único reality; existen otros en nuestro país, por ejemplo: el que estamos viviendo los protagonistas del quehacer de la Universidad, que nos lleva a la pregunta: ¿A qué se llama, en el proyecto del gobierno, Universidad? 

Por: Rosendo López González-Docente Universidad Distrital-Francisco José de Caldas-rlopezg@udistrital.edu.co.

Para adquirir la denominación de Universidad el nuevo Sistema de educación superior, coloca las siguientes condiciones:

  1. Desarrollar programas académicos en por lo menos tres campos del saber y por lo menos un programa de doctorado debidamente autorizado.
  2. Desarrollar investigación de alto nivel demostrable a través de grupos de investigación reconocidos en las dos categorías superiores en el Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación y por lo menos en tres campos del saber.
  3. Contar con profesores con formación que corresponda a los niveles y campos del saber que desarrolla y en las ciencias, las artes, la técnica y la filosofía que los soportan; con esquemas transparentes para su vinculación, permanencia y promoción. Y,
  4. Mantener estrategias de dirección y gestión que incluyan programas de atención integral al estudiante referida a apoyo financiero, acompañamiento académico y adaptación al entorno académico; mejoramiento de la calidad docente; movilidad académica y participación en redes de conocimiento; y diversidad de fuentes de recursos(Artículo 23).

Estas nuevas propuestas merecen un comentario especial y diversas interpretaciones:

  1. La Acreditación Institucional de Calidad que es voluntaria, interviene  como una variable importante dentro del proceso kafkiano de transformación de IES a Universidad, y a la larga se va haciendo obligatoria.
  2. Los organismos fomentadores de la investigación, definidos en el Artículo 84 del proyecto gubernamental de la nueva Ley para la educación superior, terminan imponiendo sus políticas y criterios de lo investigable. Aquí cabe la pregunta: ¿Para qué la investigación? y ¿A quién sirve la investigación? Seguramente, que nuestro celebre y precario Centro de Investigación y Desarrollo Científico (CIDC), responderá: esas preguntas no son importantes, el país necesita investigación de alto impacto, cacareando los algoritmos de COLCIENCIAS sin ningún sentido innovador.

Hay que comenzar por aclarar que dentro de la estructuración del nuevo Sistema, la denominación de Universidad, rompe con el concepto histórico de Universidad y se le fijan unos indicativos amarrados a organismos extra-universitarios como son COLCIENCIAS y el Consejo Nacional de Acreditación. En el fondo, quién define lo que es la Universidad hoy no es  ella misma sino organismos burocráticas, permeables a la politiquería y a la corrupción. Se plantea, entonces, una Universidad oficial, con una ciencia oficial, con unos investigadores oficiales. De otra parte, se intenta reforzar el ineficiente Sistema Nacional de Acreditación, quien en unos 20 años de existencia no ha podido salir de un digito en su rendimiento. Así: de 283 Instituciones de Educación Superior, solamente 21 tienen Acreditación Institucional, para una eficiencia del 7,42%; y de 10415 programas existentes solamente 649, están acreditados, para un rendimiento del 6,23%.

En el proyecto gubernamental las llamadas Universidades no superan en nada lo que se viene haciendo en la actualidad, las Universidades siguen mirándose el ombligo, pues, lo importante no es la pertinencia social del conocimiento sino la convalidación de los saberes por los pares, con reglas impuestas por la misma comunidad científica, con un agravante: la existencia de una proto-comunidad científica llamada COLCIENCIAS, que por más adorno que se le ponga sigue siendo un organismo extra-universitario, cuyo único atractivo es el dinero que maneja. En contraposición a la Universidad Oficial que hace investigación por encargo, persiste otra idea de Universidad ligada con su pasado histórico en el sentido de llevar al aula los saberes científicos, evocando el conocimiento original, y en estos tiempos modernos, aunado esfuerzos por establecer una pertinencia de estos saberes con las actividades de la vida social.

A la pregunta: ¿A qué se llama, en el proyecto del gobierno, Universidad?  

Hay  varias  respuestas:

  1. La primera: Yo me llamo Universidad Oficial y hago investigación de acuerdo a los algoritmos de COLCIENCIAS y necesito del CNA, pues quiero construir una Universidad Oficial, que produzca una ciencia oficial, con un saber oficial, con conocimiento avalados por una logia de entendidos llamados pares, pero sin pertinencia social, mis docentes no han podido superar el método de enseñanza escolástico, en fin represento la  cultura oficial.
  2. La segunda, antónima a la primera: Cedo la voz al maestro Gustavo Zalamea, quien fue  docente y director de la Escuela de Artes Plástico de la Universidad Nacional, recientemente fallecido: “La Universidad Nacional tiene que ser Universidad sin condición. En ella se tiene que poder decirlo todo, con la responsabilidad del intelectual, que es la responsabilidad mayor que puede tener una persona frente a su comunidad” (Lecturas. Circulación con El Tiempo. Agosto 201, p 19).
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