Tengo Miedo

09/26/2011 - 20:08

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Si la religión, los medios de comunicación y la cultura los asusta, los invito a resistir  esta guerra casi perdida: no perdamos nuestra ciudad.

Existen pequeños actos de los cuales hacemos una rutina y no dimensionamos la felicidad que produce la magia de esos lugares; salir, tomarse la ciudad, disfrutar del calor de la noche. El estadio, cine, teatro, bibliotecas, parques, plaza de mercado, iglesias. Son  lugares habituales que desprevenidamente llenan mi existencia. Bogotá es mía, es nuestra. Es una pena vivir la pérdida de nuestro territorio, de una ciudad  cada día más hostil, somos desplazados y la batalla la está ganando el miedo.

Es una guerra de vieja data, los primeros soldados se remontan muchos siglos atrás y a partir de su creencias religiosas nos asustaron con un Dios vengativo que castiga a la mujer por el solo hecho de serlo, al hermano envidioso y otras fábulas en las cuales nos dictan el comportamiento que debemos tener, so pena del castigo de un Dios vengador.

Hace muchos años recuerdo que salí del estadio y acompañé a una amiga al coliseo donde se celebraba una liturgia de una iglesia cristiana, muy bella gracias a sus canciones acompañadas de una coreografía animada por muchas adolescentes identificadas todas por usar camiseta blanca. Tenía un poco de afán pero pudo más mi curiosidad así que esperé unos minutos más y un gran orador tomó el micrófono y dijo cosas horribles que tenían un fin bastante siniestro. Su objetivo era asustar a las personas que no dieran el diezmo. Ví una mujer con aspecto humilde, cerraba los ojos y no levantó los brazos como lo hacía buena parte de los peregrinos que ofrecían su diezmo para complacer a su dios, que ayuda solo a los que dan; dar para recibir. Mi curiosidad se esfumó igual que yo que corrí a trabajar indignado por el miedo que producían las palabras del predicador.

En el periodo de la ilustración, podríamos decir que el hombre apartó a Dios para ser él protagonista con sus fundamentos críticos y el predominio de la razón. La literatura está presente con las fábulas y sus molestas moralejas. Creo que es por esa razón, los periodistas buscan moralejas en los libros, en el cine, en el teatro y en el arte y en ocasiones cambian la pregunta por ¿cuál es el objetivo? sí, ya sabemos que fueron a la universidad, los invito a que pierdan el miedo y pregunten otra cosa. Los medios de comunicación disfrutan con el miedo y los transmiten todo el tiempo, nos recuerdan la mala situación en que vivimos, el desempleo, la guerra, la inseguridad, no hay nada peor que ver el noticiero antes de salir de casa.

Estamos ad portas de unas importantes elecciones para el país, el miedo es otro de sus argumentos. Claro está que propiamente no son unos angelitos los que están en ese medio, pero el solo verlos me da miedo. Su necesidad de poder es detestable, sus argumentos son simplistas; resaltan un problema como la seguridad o la movilidad y prometen la solución del problema porque de seguir así esto se va acabar. Siempre elegimos mal y esto nada que se acaba, la inseguridad en Bogotá la padecemos hace años y aún no hay soluciones.

En este periodo de elecciones es una época esperanzadora para la solucionar el miedo y los flagelos, pero en su periodo lo máximo que pueden hacer es cambiar la percepción.

Nuestra responsabilidad no la podemos dejar a un lado, cuántas veces reenviamos un mensaje en nuestro correo electrónico sin saber si es verídico o no, pegamos mensaje en los muros que solo sirven para desestabilizar al lector, alguien cambia su rutina y no aparece un día en la oficina y hablamos de un desaparecido. Compañeros desaparecidos fue lo último que leí sin olvidar los charcos de sangre en los pasillos. Nos estamos convirtiendo en terrorista a través de la red. Somos unos irresponsables que solo transmitimos miedo.

Si la religión, los medios de comunicación y la cultura los asusta, los invito a resistir  esta guerra casi perdida: no perdamos nuestra ciudad. El pasado sábado en la noche durante la fiesta de amor y amistad me robaron en un bus en la madrugada, el tipo me robó porque me hizo sentir mucho miedo. Cada vez que menciono el asunto me dicen que la culpa es mía y que ya era hora por lo mucho que me expongo, pero me niego a perder mi ciudad y esos sitios que me hacen feliz no los voy a dejar de disfrutar, la próxima vez espero la solidaridad de todos, venzamos el miedo. 

Como moraleja no queda nada o usted cree que soy tan contradictorio para dejar una. 

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Cómo vencerlo?? Comentario de 'Anónimo'

Yo también intento resistir al miedo; pero hasta frente a nuestras ventanas se presentan los casos que lo alimentan. He sido víctima de robo también pero afortunadamente sin violencia. No me cuido demasiado pero tampoco soy de los que "dan papaya". Es interesante tratar de mantener la calma a pesar detodo. Gracias Andrés, deja una buena reflexión.

Que buen artículo. Es cierto Comentario de 'Anónimo'

Que buen artículo. Es cierto que en esta ciudad se esta viviendo una cultura del miedo y esta es un arma muy fuerte para la campañas políticas. No entiendo porque nombro a las artes como una herramienta de los periodistas cuando acababa de hablar de la ilustración.

Agradecimiento Comentario de 'Andrés Vallejo ...'

Muchas gracias por escribir. La razón es que percibo en los medios de comunicación todo el tiempo buscan una moraleja. Comentan una película y preguntan el objetivo y el mensaje que da. De igual manera lo hacen con la música y el arte. En ese periodo histórico a Dios lo cambiaron por las moralejas y ahora pretenden que todas la expresiones artísticas nos den una pauta de comportamiento.