Las leyes del sexo

Después de la muerte de Luis Carlos Galán, el repudio de muchos colombianos sirvió para unirse en contra de la violencia fomentada por los carteles de la droga, además de un importante grupo de estudiantes universitarios se unieron para promover una reforma constitucional.

Esa coyuntura sirvió a la elección de un nuevo molde de presidente para nuestro país, desde ese año hasta nuestros días el estereotipo del gobernante evolucionó a joven, deportivo y carismático, dejó atrás los corbatines, las canas y ese tinte ultraconservador que tenían todos los antecesores del joven que abrió las puertas al neoliberalismo, César Gaviria se encontró con la presidencia de la república de carambola.

Las elecciones por el sí ganaron y la reforma constitucional es un hecho histórico que se registró en el año 1991. Igualdad, respeto y pluralismo son algunos de los principios que guarda la Constitución. La dignidad humana y la prevalencia del interés general es algo que no se puede negociar, es sagrado y esencial en nuestro país.

Debido a estos antecedentes políticos observo con tristeza los resultados de la encuesta realizada por el periódico El Espectador, ¿Está de acuerdo con el matrimonio Igualitario? el viernes 22 de julio a  las ocho de la noche la respuesta del no, ganaba por cerca de doscientos votos al matrimonio igualitario.

En reiteradas ocasiones en el espacio radial de LAUD ¿Qué Tiene La Noche? se les preguntó a los oyentes si está de acuerdo con la adopción de niños por parte de una pareja del mismo sexo. La participación de los oyentes fue activa y ganó por ventaja la respuesta no. Algunos de los argumentos fueron que no era un hogar convencional y todos necesitamos de una figura paterna y materna. Lo cual me hizo reflexionar sobre las madres cabeza de familia y la cantidad de mujeres que por diversas razones están solas criando a sus hijos, sin una figura paterna. ¿En ese caso sería mejor quitarle el niño hasta que puedan darles el equilibrio perfecto?, padre y madre.

Otro argumento usado en contra fue que los niños podrían ser homosexuales por contagio, como si habláramos de una enfermedad. Argumento usado también por una ex compañera en pleno programa que para muchos la homosexualidad era una enfermedad, le dije en su momento ¿para quienes?, ella contestó rápidamente pues para muchos. Agregó que había estudios, los cuales nunca encontró. Otra compañera preguntó a un médico argentino, ¿es posible tratar la homosexualidad?, él un poco dubitativo no supo qué responder así que rápidamente cambiamos la pregunta, ¿Se podría tratar la homofobia?

Sé que el debate no es sobre la adopción en una pareja del mismo sexo, solo divago e imagino que estoy viviendo en el siglo XXI y no en el renacimiento donde nos encontramos, donde elegimos a nuestros representantes tras la promesa de incluir en la Constitución la cadena perpetua. Donde el ministro del interior en tono de campaña dice que se tengan de atrás. Vivimos en la época oscura donde creemos que David Murcia es un ejemplo a seguir porque fue capaz de captar una cantidad absurda de dinero.  Donde veneramos a un ex mandatario que grita, regaña, manipula, regala lo que es de todos y amenaza.

Tenemos Facebook, twitter y miramos el horóscopo. Nos hacemos leer el cigarrillo y pagamos facturas a través de la red. El progreso nos llega por instantes.

No entiendo por qué tenemos que decir siempre: no soy gay, pero los acepto. A nadie le debería importar la sexualidad, es el derecho al libre desarrollo, no tengo que mencionar que soy heterosexual, es algo que a nadie se le debe cuestionar, es el derecho a la intimidad. Somos iguales para la ley, la constitución es de todos y  para todos.

Espero que la Corte Constitucional apruebe el matrimonio igualitario, es su deber y termine esta polémica ilógica que pretende negar los derechos a una buena parte de la sociedad.