Siempre quise ser un nerd

07/11/2011 - 08:44

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El cubrimiento periodístico del Campus Party por parte del equipo de la emisora fue completo y lleno de satisfacciones, pero tan pronto me enteré del nuevo reto de LAUD con gran aburrimiento mencioné: -vamos a cubrir la convención de ñoños y otros comentarios en contra de los campuseros-.  

Siempre quise ser un nerd pero igual que con la música se necesita mucho esfuerzo y disciplina para triunfar, además de la envidia, otro hecho negativo me molestó fue parecerme a lo que más odio; a esas personas que ridiculizan lo que no conocen o simplemente son diferentes a lo convencional y los molestan con denominaciones  como mamertos, terroristas, satánicos y demás. Entonces me pregunté por qué les digo ñoños, sin novia y desocupados, simplemente por mi exceso de ignorancia. 

La tecnología en ocasiones la vinculamos con algo que representa status, nos hace ver bien y creemos que nos da mundo, hasta podemos llegar a pagar una fuerte cantidad de dinero por algo que no es prioritario y seguramente ni utilicemos.  Sin duda los avances son increíbles y suplen esas necesidades vitales o superfluas.

Tratando de contestar  la pregunta ¿por qué me distancié de la tecnología? recuerdo con mucho cariño una navidad de hace muchos años cuando recibí un avance tecnológico increíble en esa ocasión, recibí un Family (consola de video juego) en ese momento hubiese dicho un Atari nuevo, grave error ya que la consola Atari era una marca que creó el videojuego más conocido como  2600 (suspiro)… Mis padres no me la compraron; su argumento era imposible de debatir: se daña el televisor, así que con mis amigos y mi hermano pagábamos 30 minutos o una hora para jugar Pacman y otros juegos que con una palanca se podían controlar, ah… y el botón no era esencial. La nueva consola llamada Family era la versión pirata de Nitendo (Nes), para ser más claro era la consola que tenía el juego de Mario Bros (su banda sonora es increíble)  las gráficas eran sorprendentes, el color y sus controles tenían cuatro botones mas cuatro botones que remplazaban la palanca.

En esa navidad no dormí y mis padres tampoco, era tanta la emoción que dejé de pelear con mi hermano así que no tenían argumentos para quitarnos ese objeto que nos hipnotizaba. La afición, el trasnoche y los amigos crecieron, no fue algo de varias semanas duró al menos dos años, hasta que mi padre en un negocio un poco turbio vendió nuestra consola. La historia con los videojuegos no termina ahí, en una próxima ocasión hablaré del PlayStation y del paso de los cartuchos a los discos compactos.

Fui muy feliz, compré revistas especializadas, me divertí, ejercité mi cerebro y hoy no entiendo por qué tengo conflicto con la tecnología. No he podido con las  nuevas consolas, me dan miedo prender Playstation, no es difícil pero configurarlo es imposible, con el Xbox me pasa algo parecido, para jugar le pido el favor a un amigo para que lo deje listo y después de su explicación acompañada de mi gesto de asentimiento pero sin entender una palabra comienza el partido de fútbol. Con el pc sólo llegue a solitario, obviamente no al de spider.  Recuerdo que mi primera novia me creó una cuenta en latinmail hace muchos años y las otras me abrieron en Hotmail para aprovechar las ventajas del msn o la cuenta de skype, jamás lo habría hecho. Lo único que he podido hacer y con mucho orgullo fue crear una cuenta en facebook y un correo en gmail.

Los teléfonos celulares también tienen un capitulo especial, llenos de chistes estelares como

  • Vallejo ese es el de la exposición en el museo nacional
  • No, me lo regalo un amigo, que compró uno que tiene la pantalla a color.

También es imposible dejar de mencionar el día, que tres jóvenes, uno de ellos con revolver intentaron robar el bus y me despojaron por 37 segundo de mi radio y celular, no se realizó el ilícito, no por la pronta respuesta de la policía o la airada reacción de la ciudadanía,  no. Me lo devolvieron por lo viejos y destartalados… Sentí un gran alivio y un poco de vergüenza, hoy en día no me preocupo tengo un celular muy bonito, con radio incluido y por supuesto fue un regalo de un gran amigo.

Me gustaría comprar un teléfono moderno, como un iphone pero gracias a mi torpeza (todo se me cae) y mi situación económica lo hace utópico y ni hablar de una BlackBerry es insoportable, ese sonido es adictivo y produce una mezcla de envidia y bronca, acompañada de la grosería de la gran mayoría que tienen ese aparato.

No quiero terminar esta columna como un resentido, entre el recuerdo y el presente, me gustó sincronizar un ipod este pequeño invento increíble que consta de pocos  botones, es fácil de manejar e hizo una revolución en la industria de la música.

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