¿Vale la pena votar?

10/24/2011 - 11:08

andres.JPG

Claro que vale la pena votar, decía en tono alto y con orgullo, además un voto hace la diferencia. Ahora esas afirmaciones ya nos las digo, las pienso dubitativamente. ¿Vale la pena votar? Y ¿un voto hace la diferencia? Para mí, votar es una obligación ética pero quiero reflexionar sobre el valor del voto y lo que connota el ejercicio democrático.

Para mi familia materna las elecciones eran motivo de reunión y fiesta, aunque no todos votaban, sí recuerdo la incomodidad de los que lo hacían para quitarse la tinta roja del dedo índice (la evolución de la letra escarlata) que duraba varios días. Para ellos, el voto era  colegiado, no individual y secreto. Es decir, se escogía un candidato y todos votaban por él.

Debe ser por esos recuerdos emotivos, mi entusiasmo por votar; para mi primera vez ya se había implantado el tarjetón y era mucho más fácil que las papeletas que nunca entendí. No quise inscribir la cédula cerca de mi residencia porque prefería ir a Conferías donde la mayoría de los capitalinos salían a votar y era el plan perfecto para el domingo de elecciones.

Duele aceptar la transformación. La falta de emoción, el poco interés y demás aspectos que han apagado en mí ese eufórico joven que con alegría decía toca votar por Andy (Andrés Pastrana) o la última, no tan joven, pero sí con ilusión por Sami.

Las campañas son monótonas igual que las encuestas, lo peor es que en las más recientes elecciones las encuestas tienen la razón y son las ganadoras y su manipulación queda desvirtuada. Es sorprende que en muchas de ellas pase algo inesperado, un candidato suba en la recta final y gane las elecciones como sucedió con Luis Eduardo Garzón y Samuel Moreno y el mismo repunte de Álvaro Uribe Vélez que en las primeras encuestas su porcentaje era ínfimo. En mi concepto manipulan y lo hacen en la primera parte de la campaña y hasta el último instante, donde ya no pueden direccionar el voto por medio de lo conducido de la pregunta y el tipo de público al cual le realizan la encuesta. Detalles de la ficha técnica de la cual poco reparamos.

La próxima semana tendremos la responsabilidad de elegir Concejales, Alcaldes, Diputados y Gobernadores.El caso de Bogotá es para llorar, el Alcalde suspendido e inhabilitado por 12 meses por la Procuraduría y retirado por el partido Polo Democrático, esta situación indica que la mayoría que votó lo hizo mal, así de mala era la segunda opción que ganó Samuel Moreno y no puedo dejar de mencionar el hecho de que 17 concejales de Bogotá actualmente son investigados por la Fiscalía de los cuales la mayoría aspiran a ser reelegidos.

No podemos olvidar los casos de la parapolítica en el Senado de la nación y el caso aberrante del Juan Carlos Martínez, preso por parapolítica. Misteriosamente en plena campaña obtuvo un permiso de 72 horas que lo aprovechó muy bien para reunirse con varios políticos en el Valle del Cauca.

El aburrimiento es constante y creciente debido a la gastada propaganda; es infame que alguien se haga elegir valiéndose de Dios, del miedo, de la religión y de los niños como slogan y peor aún, usando ese leguaje sucio, demagógico “incluyente” de niños y niñas que lamentablemente es usado por muchos comunicadores, en poco tiempo escucharemos educación para niños, niñas, adolescentes y adolescentas y no faltará el periodista molesto que firme como periodisto.

Hace poco el excandidato Antanas Mockus fue expulsado de una marcha y dijo que era un mal síntoma que la juventud no le guste la política, no será que hay esperanza cuando la juventud repugna a los politiqueros.

Entiendo los altos niveles de abstención y envidio a los que no votaron y la tranquilidad de  los que votaron pero perdieron, ellos saben que con su actitud y voto querían algo distinto.

Share this