¿Dónde queda el análisis?

11/29/2011 - 12:59

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El premio Lenguas Romances otorgado a Fernando Vallejo en la feria del libro de Guadalajara, fue un bálsamo en la información de la semana anterior llena de noticias negativas. Por esa razón quiero cuestionar la información y su trato en los medios.

Fernando Vallejo es un escritor que comenzó su oficio literario a los 38 años y se ha caracterizado por su disciplina en sus biografías y ensayos. Su prosa muestra un costumbrismo tan especial que cada lector viaja en el tiempo para contemplar la hacienda Santa Ana. Vallejo en sus escritos además de desnudar su alma, va más allá, asesina a su padre y desprecia a su madre. La misoginia y el racismo están presentes  en sus novelas, siempre narradas en primera persona. Sus saltos en las historias que comparte son recurrentes, su simpleza y dominio del idioma acercan al lector.

El Desbarrancadero es una obra maestra que narra la historia de Darío, su hermano y la tormentosa desventura de tener sida. La agonía de perder a su hermano preferido no solamente aborda el territorio Antioqueño sino que pasa por Bogotá, se detiene en el barrio La Perseverancia y transita por la zona gay preferida del momento como el centro comercial Terraza Pasteur.

Mi cercanía con el escritor es casi ridícula, me atrevo a decir que de no compartir el apellido seguramente no habría llegado a su obra, no soy un especialista en Vallejo, sólo soy un lector que ha disfrutado parte de su obra. Su nombre ha sido recurrente en los medios de comunicación y el trato por parte de la prensa en su gran mayoría ha tratado de forma superflua. En varias oportunidades un entrevistador juzgaba su hombría y él contestaba con rapidez y naturalidad que era muy hombre tanto así que se había acostado con muchos hombres, eso sí jóvenes, o a preguntas similares, que buscaban saber sobre su sexualidad él respondía que salía con mujeres siempre y cuando ellas tuvieran hermanos simpáticos.

Vallejo no tiene pelos en la lengua, ha criticado el poder y a sus gobernantes con nombre propio. Manuel Marulanda, alias "Tirofijo", Pablo Escobar, Pastrana, Gaviria o Samper eran tratados con el mismo estatus de delincuentes.  Fernando Vallejo, sin duda es un provocador y sus entrevistas y puntos de vistas han dado para interminables debates; cómo olvidar el día que recibió la nacionalidad mexicana y renunció de palabra a la colombiana. Hoy en día es tratado por algunos como un apátrida y mala persona.

El desconocimiento por parte de los entrevistadores y medios de comunicación en su mayoría son evidentes, no puedo entender cómo una persona que no conozca la obra, se atreva a hacer juicios de valor, mostrarlo como villano, criticarlo por su altruismo o por su forma de expresión, crear un debate de un comentario, donde es evidente la falta de información, no sólo pasa con Vallejo lo mismo sucede con Gabriel García Márquez, escucho críticas contra él como si se tratara de un jefe de estado. Lo hacen los dueños de la moral y la ética y es el resultado de la mediocridad, en este caso, literario. Es más fácil hablar de la simpatía del partido conservador por parte de Jorge Luis Borges o los cambios políticos de  Mario Vargas Llosa y de otros escritores, que profundizar en la obra.

Eso no solo pasa con la literatura, es casi imposible leer una crítica en el ámbito cultural, la mayor parte de los comentarios parecen una publicidad acerca de el evento en cuestión, ni siquiera con una película tan mala como Crepúsculo lo hacen o una tan controvertida como la Vida es Bella, por el hecho de mentirle a un niño, son aspectos que se deben buscar con lupa.  El desconocimiento notorio por muchos  de la obra de Vallejo es evidente, no es una obligación, leer toda su obra o un sólo libro, si lo hacen me parece bien pero sería mucho mejor que cada vez que sea noticia el escritor antioqueño no tomen partido para bien o para mal, simplemente sean imparciales y no creen ese conflicto que deben tener muchos de los que como yo, han escuchado su nombre con tanta frecuencia y un día es villano y hoy es un héroe.

Lo grave es que esta reflexión no es sólo en el ámbito cultural, con la actualidad pasa lo mismo en muchos casos, la falta de análisis por parte de los  medios de comunicación acerca de la información que transmiten diariamente. Por ese motivo quiero resaltar dos temas que han sido importantes, en los cuales la poca profundización de los comunicadores es tan evidente que niegan la oportunidad de diálogo y debate en temas trascendentales para nuestro país.

El primero de los temas, está perdiendo importancia debido al triunfo que lograron los estudiantes. Fue una pena escuchar, ver y leer a los “analistas” de Colombia criticando a los estudiantes, sus argumentos tenían la profundidad de un charco y parecían tomados por las propagandas del gobierno que con flojos actores nos invitaban a apoyar la reforma con todos sus adefesios en contra de la sociedad colombiana. Quedaron muy mal los analistas cuando el triunfo estudiantil se dio y el gobierno aceptó retirar la propuesta.

El tema para terminar es de alta sensibilidad y es el conflicto interno que vive Colombia, después de la muerte por parte del ejército de Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, despertó aplausos al unísono y las declaraciones del jefe de estado sobre dos alternativas que tienen los guerrilleros: la entrega o la muerte. Lo lamentable es que no se cuestionó si hay alternativas al mensaje del presidente Juan Manuel Santos, por ejemplo: continuar con la guerra, asesinar, sostenerse con el narcotráfico, entre otras, tal vez la solución al conflicto armado esté en otras propuestas que son ignoradas.

El sábado anterior después de saber la penosa situación del ajusticiamiento por parte de las Farc  de cuatro de los cinco secuestrados, el discurso por parte del gobierno fue claro, los que  secuestraron y asesinaron fueron el grupo guerrillero y en eso estamos de acuerdo y cerraron la posibilidad de cuestionar al gobierno el cual no tiene responsabilidad.

No les puedo exigir a los delincuentes, pero al gobierno sí, a la Policía y al Ejército,  en este caso , creo que fue un frustrado rescate. El Ejército en cabeza del Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, lo niega y a última hora dice "no fue una operación de rescate, de haberlo sido era una labor milimétrica en este caso fue distinto". Los soldados realizaban una “operación de búsqueda y localización”. La pregunta es dónde queda la inteligencia del Ejército en este tipo de operaciones.

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